Sociedad
Un universo llamado Twitter
La red social de mayor crecimiento en el país se ha convertido en una incontenible caja de resonancia de la vida política, cultural y deportiva de los argentinos, pero también en eje de un debate sobre su valor periodístico
Rafael Saralegui
Para LA NACION
El delantero del Atlético de Madrid Sergio "Kun" Agüero anuncia que se está por ir a cortar el pelo y que en breve subirá su foto; Mauricio Macri convoca a una conferencia de prensa al día siguiente para hablar sobre el derrumbe en Villa Urquiza; Susu Pecoraro convoca a actores para un nuevo proyecto teatral; el dirigente piquetero kirchnerista Luis D´Elía y el empresario kirchnerista de medios Sergio Szpolski polemizan por el apoyo del primero a Irán; el diputado Pino Solanas asegura que cuenta con un dictamen de minoría propio para conseguir el 82 por ciento móvil en las jubilaciones; Jorge Rial revela que la vedette Victoria Vanuncci ya "no estaría sola" porque conoció a un empresario en Nueva York.
El listado es una pequeña muestra de una infinidad de publicaciones subidas por usuarios argentinos durante las últimas semanas en Twitter, la red social que más crece en el país. Desde el último Mundial de Fútbol en Sudáfrica, donde hasta los mismos futbolistas comentaban qué hacían en sus ratos libres, el uso de Twitter como herramienta de comunicación directa con el público por parte de periodistas no ha dejado de multiplicarse. Y su utilización como instrumento de difusión de políticos, deportistas o figuras mediáticas influyó en forma decisiva para que el fenómeno se convirtiera en una explosión.
Pero a esta altura conviene intentar una pausa para hacerse algunas preguntas sobre su futuro y sobre cómo influirá o no en el periodismo. Algunas cuestiones: ¿es Twitter información o entretenimiento? ¿Seguir a miles de personas puede generar la ilusión de estar informado, así como tener cientos de contactos en Facebook alimenta la creencia de tener un millón de amigos? ¿Es correcto su uso como fuente de información por parte de los medios de prensa? ¿Se puede desarrollar una idea en el corset indestructible de 140 caracteres? ¿Fomenta la permanencia de las personas frente a las pantallas y la adicción a Internet?
El periodista Darío Gallo, editor del sitio Perfil.com, tiene una cuenta en Twitter desde marzo de 2007, que usa a cada rato, y explica que este año explotó en nuestro país después que algunos personajes famosos anunciaron que se sumaban a la red. Un ejemplo es Jorge Rial, quien tiene más de 157 mil seguidores. Gallo defiende su uso porque, afirma, "me interesa el poder de una herramienta al alcance de todos los periodistas, porque aporta varias cosas caras a nuestra profesión: portabilidad, rapidez y síntesis. Y todo, gratis, ¿cómo desaprovecharlo?".
Fanático de la tecnología y de los nuevos medios, Gallo lanzó hace días un diario digital (140.perfil.com) que se nutre sólo de las publicaciones que aparecen en Twitter. Explica cómo funciona: "140 está pensado para quienes no quieren tener una cuenta de Twitter, o les cuesta pescar los debates o fotos que se publican a cada hora. Entonces, en 140 hacemos el trabajo tradicional de los editores periodísticos: elegimos lo que creemos más interesante y lo publicamos como si fuese un diario, pero un diario sobre Twitter. Es un servicio más, que con el tiempo se volverá más imprescindible ante la profusión de datos en las redes sociales". Es posible que esto ocurra, si se considera que en el mundo hay 100 millones de cuentas de Twitter y se abren 300 mil cada día. En la Argentina se calcula que hay 500 mil cuentas abiertas, aunque sólo cien mil estarían activas. Y dos mil usuarios se suman por día.
-¿Se genera una ilusión en los usuarios que de esa forma sienten que están más informados?
-Eso depende a quién se elija seguir. Si me gusta la música, y sigo a músicos, críticos, discográficas, puedo estar informado de tal o cual recital, pero no tendré los datos sobre la última resolución de la AFIP, si no "sigo" a la AFIP.
Pese al entusiasmo de Gallo, otros colegas que también bucean en el mar de las tendencias y las novedades ponen en duda su validez como herramienta de los periodistas. "Ese tipo de instantaneidad te distrae de las cuestiones de fondo. En general son comentarios de poco valor, bastante pobres", cuestiona Ricardo Beltrán, docente de la materia Introducción a la informática, la telemática y procesamiento de datos de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA. "Si tomar información directa de los políticos de Twitter reemplaza a la entrevista, donde es posible hablar de un tema a fondo y repreguntar, estamos en peligro. Yo por eso tengo muchas dudas sobre qué valor tiene desde lo periodístico", razona.
Directo a la fuente
Otro docente, Rafael Bini, quien dicta la materia periodismo digital en el instituto terciario TEA, donde se han formado cientos de cronistas en los últimos años, tiene una mirada más cercana a la de Gallo. Y sobre su uso como fuente de información dice: "Como todo lo que circula en Internet, hay que chequearlo muchas veces, pero facilita el acceso en muchos casos a la fuente directa. Esto sucede cuando la cuenta ha sido verificada. De esta forma uno puede entablar ´diálogos´ con los protagonistas de la noticia o seguirla prácticamente en tiempo real".
El periodista Leandro Zanoni, que podría ser definido como un experto en cibercultura, no cree que Twitter "sirva para estar informados, según lo que entendemos por informados en términos coyunturales, de actualidad". Pero agrega: "Sí es cierto que yo como usuario me entero de mucha información que anda dando vueltas en la web a la que de otra forma no hubiese llegado tan fácilmente. Links sueltos de sitios locales y de afuera, artículos, análisis, curiosidades. Todo eso es promovido por usuarios a los que sigo y me resulta muy interesante a la hora de buscar información que no tiene mucho que ver con la agenda diaria que proponen los medios tradicionales".
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, utiliza habitualmente su cuenta de Twitter para discutir con la oposición y subir links de cosas que le interesan. Es lo que hizo el 17 de agosto último cuando divulgó un link que llevaba a su blog para ver el video del acto en Yapeyú en el homenaje al general San Martín, donde fue abucheado; pero de esto nada dijo en la red.
Otro tuiteador compulsivo en el seno del Gobierno es el canciller Héctor Timerman, quien alimenta a diario la polémica que mantiene con el periodista Alfredo Leuco, a quien acusa de haberle pedido publicidad oficial para hablar bien del matrimonio K. Ya se sabe que Twitter se convirtió en una herramienta política desde que el presidente Obama lo usó en forma cotidiana durante la campaña que lo llevó a la Casa Blanca. Entre nosotros, muchos dirigentes del oficialismo y la oposición abrieron cuentas de Facebook y Twitter, aunque son pocos quienes le dedican su tiempo en forma personal y delegan esas tareas en sus asesores. Es el caso de Francisco De Narváez. Por ejemplo, cuando alguien abre una cuenta en Twitter y decide seguirlo, a los pocos minutos él le envía un mensaje instantáneo en el que lo invita a sumarse como voluntario y cierra con un eufórico "¡Te necesitamos!".
Los periodistas, como los políticos, tampoco pudieron escapar a la tentación de subirse a la ola y muchos lo hicieron a regañadientes. Como Víctor Hugo Morales, quien no usa teléfono celular, ni correo electrónico, y a quien un desconocido le usurpó su identidad en Twitter. Resignado tuvo que salir a aclarar el malentendido e informó que su cuenta real es @vh590 y que es administrada por otros periodistas del programa que tiene de lunes a viernes por radio Continental. Inclusive en el programa que tiene los domingos por Canal 9 inauguró un espacio para debatir temas vía Twitter. El primer ciclo estuvo destinado a discutir sobre la legalización del aborto. Y los mensajes se van leyendo en cada bloque.
En esa línea, Zanoni opina que "Twitter está siendo muy fogoneado por los medios y por muchas personas famosas (actores, periodistas, políticos) que recién se acercan. Para el usuario común resulta atractivo seguirlos y meterse en un mundo nuevo para ellos". Y tener la ilusión de interactuar con el relator uruguayo, aunque quien escriba en su nombre sea el colega infinitamente menos conocido César Ferri. Algo parecido a eso de los "cinco minutos de fama", aunque sólo fuera por carácter transitivo.
Los 140 caracteres que admite como máximo el recuadro de Twitter provoca que cualquier forma de diálogo sea como un telegrama, una oda a la concisión. Sin embargo, el docente Bini califica a la red como una de las herramientas "más disruptivas que surgieron en los últimos años en el ámbito del periodismo. Inaugura la era del microblogging y obliga a pensar la información en 140 caracteres, un ejercicio muy útil para la profesión".
El novelista Federico Andahazi ve las cosas de otra forma, claro, ya que los suyo son los textos largos. "Twitter es una involución al telégrafo. Hay una concisión completamente injustificada", dispara y añade que "para un novelista es complicado limitarse a 140 caracteres. Facebook, en cambio, permite compartir lecturas y noticias de manera ilimitada".
Fabio Tarasow, coordinador del proyecto Educación y Nuevas Tecnologías de Flacso, le da la bienvenida a Twitter, por lo que considera que es una reivindicación de la escritura: "A lo largo de la historia vemos como nuevos elementos se van integrando a los sistemas que existen previamente. Así, Twitter se incorpora a un espacio de comunicación, convive con otros medios de comunicación: los viejísimos, los viejos, los nuevos y los más nuevos. Paradójicamente, en un momento en que la imagen parece cobrar más fuerza, Twitter nos remite otra vez a las ideas expresadas y transmitidas vía texto".
El experto opina que "Twitter, desde el punto de vista tecnológico, es una idea muy sencilla, pero aquello que lo convierte en un nuevo canal en los espacios de comunicación actuales es su flexibilidad y la facilidad con que los usuarios se apropiaron de ella y la fueron transformando. Twitter es aquello para lo que los usuarios lo utilizan: existen casi tantos usos de Twitter como usuarios. Para algunos es un medio de difundir sus pensamientos sobre la vida; para otros, un medio para hacer política, o simplemente para no hacer nada".
Fernando González, rector de TEA, vivió muchos cambios en su carrera de periodista. Cuando comenzó a trabajar no existían Internet, los celulares ni el correo electrónico. Las noticias llegaban a las redacciones en ruidosas teletipos y las máquinas de télex eran lo más parecido al chat: se podía escribir desde un aparato a otro situado en el otro extremo del mundo en tiempo real. "Twitter me parece más un entretenimiento que información. Los primeros teléfonos móviles pesaban como cinco kilos y eran un ladrillo. Cuando apareció el fax parecía que nada lo iba a superar y después llegó el e-mail, que se quedó para siempre. Creo que va a pasar algo parecido, con el tiempo esto va a decantar", aventura Fernández.
Tarasow pronostica: "Es incierto, y hasta tal vez irrelevante predecir si Twitter persistirá en el futuro de manera autónoma. Pero, sin duda, el canal de comunicación establecido a partir de esta herramienta seguirá abierto, incluido dentro de otros espacios y plataformas, formando parte de nuestro ecosistema de comunicación".
Fuente: Lanacion.com
Consultado el 6/09/2010
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1301181
Consultado el 6/09/2010
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1301181
No hay comentarios:
Publicar un comentario